Museo de los Descalzos de Lima
El convento de recoletos franciscanos, hoy Convento de los Descalzos de Lima, comenzó a construirse en 1595 al pie del cerro San Cristóbal por iniciativa del arzobispo de la ciudad, San Toribio de Mogrovejo, que nombraría entonces como su primer vicario a Francisco Solano, canonizado en 1726. En el momento de su construcción, el convento se acoge a una tipología arquitectónica del XVII, la «recolección», tipología en la que incurrieron casi todas las órdenes que perseguían un régimen de vida de recogimiento, contemplación, estrechez y penitencia.
Haciendo gala de pobreza y austeridad, las iglesias y monasterios recoletos preferían situarse en las afueras de la ciudad. Así, también extramuros, se levantará la Recolección Agustina bajo la advocación de Nuestra Señora de Guía en 1619.
Muy sencilla, de paredes de quincha y adobe, con techos de madera y linternas o ventanas teatinas, la Recolección Franciscana de Nuestra Señora de los Ángeles, sita en el distrito de Rímac, es sede del importante Museo de los Descalzos, inaugurado en 1981, que custodia unos ríquisimos fondos de pintura colonial con muestras de las escuelas limeña, quiteña y cusqueña y telas de Diego Quispe Tito o del criollo Leonardo Jaramillo, entre otros. Allí se conserva la imagen Nuestra señora de los Ángeles, obra del pintor italiano Angelino Medoro, ante la cual Solano rezaba, así como una nutrida biblioteca que en el momento de la independencia del Perú constaba de unos seis mil volúmenes. La colección, con varias ediciones de la Biblia, las obras religiosas de Santa Teresa de Jesús, Francisco de Ávila o Diego de Hojeda, se nutre también con ejemplares de crónicas coloniales del Inca Garcilaso, Juan Solórzano Pereira o las Crónicas Generales de Francisco Gonzaga, que utilizó para documentarse Córdova Salinas, uno de los cronistas que se hace eco de la santidad y milagros de Solano.
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