Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo, Oaxaca
En la calle Morelos de la ciudad de Oaxaca, en una vieja casa colonial rehabilitada por los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, se muestra la colección de arte prehispánico que a lo largo de toda su vida reuniera el pintor mexicano Rufino Tamayo con la finalidad primero de preservarlas del tráfico ilegal de obras de arte.
Dotada de un carácter peculiar, único en el mundo, marcada con la sensibilidad de su artífice, la colección fue creciendo hasta las mil piezas que Tamayo decidió finalmente donar al Estado de Oaxaca. Algunas constituyen verdaderas rarezas como la que representa la danza del emperador Moctezuma, cuya factura es de la etapa colonial.
Organizada por el museógrafo Fernando Gamboa, Rufino Tamayo quería que le visita a su museo constituyera una experiencia artística en sí misma. Las piezas se exhiben en salas cuyas tonalidades y colores fueron imaginadas por él en consonancia con los rasgos y características de aquellas. Además no se ordenaron siguiendo criterios cronológicos o históricos, sino por afinidades poéticas, analogías formales o sinergias y cercanías de espíritu.
Si muchas de estas esculturas zapotecas, olmecas o mexicas responden a la exquisitez y sensibilidad del comprador, también algunas asombran por la modernidad de que hacen gala. Es factible pensar que Rufino Tamayo sintiera una continuidad de estas obras, en su tiempo minusvaloradas, con todo el arte mexicano posterior, con la producción más contemporánea y con su propia concepción estética.
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