Decimoséptima sesión: sobre los retratos de los reyes incas
En la sesión de ayer, el profesor Gastañaga ofreció un recorrido muy completo por los retratos que el Inca Garcilaso de la Vega realizó de la Cápac cuna, es decir, el conjunto de los gobernadores incas. Se trataba de analizar el impacto del neoplatonismo y del providencialismo en estos retratos, en los que se reconoce, entre otras, la influencia romana y la de Flavio Josefo, cuya figura de Moisés actúa como modelo de gran importancia para Garcilaso.
Aparentemente, los reyes incas se describen como grupo, pero apenas se ofrecen características individuales de cada uno de ellos, más allá de sus nombres y del territorio concreto que conquistaron. Sin embargo, observando de cerca las descripciones que ofrece el Inca Garcilaso y comparándolas con algunos retratos de la Década quinta de Herrera y Tordesillas, de Guaman Poma o de Justo Sahuaraura, el profesor Gastañaga ofreció las claves que los diferencian. El relato del imperio inca es cíclico, en la medida en todos los reyes repiten las mismas acciones, y es lineal, pues cada inca empieza donde se detuvo el anterior.
Partiendo entonces del primer inca fundador, Manco Cápac, el profesor Gastañaga expuso las características principales de cada rey, de entre los que destaca Pachacutec, que funciona como punto de quiebre al presentarse como el rey filósofo, sabio, pacífico y casi «pío». Después, Huayna Cápac fue quien intuyó una presencia divina detrás del sol, de manera que los incas van ‘evolucionando’, en el relato del Inca Garcilaso, hacia un cierto monoteísmo. Además, Huayna Cápac se presenta como un agudo observador del cielo que abandona las conquistas militares y se convierte también en un rey filósofo, con características más propias de un príncipe cristiano.
Es así como los incas asumen el cristianismo, en la versión del Inca Garcilaso, no como una conquista, sino como un acto de saber. No se trata de la conquista de un reino por otro, sino de demostrar una cierta continuidad entre el imperio de los incas y la llegada del imperio español, que les lleva la verdadera fe. Según Gastañaga, el relato debe paradójicamente alejarse de la realidad para que esta perdure; al alejarse de la realidad histórica, la narración presentada por el Inca Garcilaso se acerca, finalmente, a la fábula.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!